Él quería a Jersey Joe

Este post llega atrasado por pura falta de imaginación. Pido las disculpas del caso y prometo con deditos cruzados que no volverá a suceder.
La fecha a la que hace alusión el relato es  el 15 de mayo de 1953, cuando Rocky Marciano, leyenda del box, venció por nocaut a Jersey Joe Walcott en el primer round, al defender su título mundial de peso pesado.
Un dato importante es que unos meses antes de este memorable encuentro, el 23 de setiembre de 1952, Rocky Marciano había alcanzado el título mundial, precisamente, arrebatándoselo a Jersey Joe, con un nocaut en el décimo tercer round. En este encuentro, Jersey había estado ganando por puntos, hasta que Marciano lo derribó con su famoso golpe conocido como "Susy Q".


Él quería a Jersey Joe

Tenía más o menos tu edad cuando lo conocí, ¿Tienes catorce o quince? Bueno, por ahí va. No recuerdo el mes exacto, pero han de haber sido unos cinco o seis meses antes de mayo del 53. Llegó al barrio como un huracán, a impresionarnos a todos y eso era lo más impresionante, lo voy a recordar siempre... nosotros que nos resistíamos a reventarle cuetes a quiensea. Dijo que tenía diecinueve años y su padre había sido un excelente boxeador. Nos advirtió que no preguntásemos jamás sobre su padre o por qué no estaba con él y así lo hicimos. Nos enseñó a pelar a todos y cada uno, hasta a la pequeña Meche, hermana de mi cuñao el Chancho, que se coló en el grupo con la promesa de presentarnos a sus amigas. Nos defendía con astucia y palabrerías, cada vez que podía, cuando nuestros papás se encabronaban y ya estaban a punto de reventarnos con un palo. Vaya, el Sambo, carajo. Él mismo fue el que nos dijo que lo llamásemos así aunque ni muy negro era. Ahh, bien orgulloso andaba de su raza. Y su familia no era pobre, no te creas, todo el barrio era clase media, su mamá era blanca y hasta hablaba su inglés.

Poco a poco nos fue enseñando de boxeo, los nombres, las fechas, las técnicas, las victorias, las que no debieron ser victorias y así, pero las de allá… Norteamérica. Sí, sí, yo y los demás también nos preguntábamos eso, por qué no hablaba del box de por acá, de los personajes de acá, pero no se lo decíamos porque sentíamos que tampoco debíamos preguntar como con el tema de su padre. De todas maneras, le teníamos mucha confianza. El Sambo tenía una personalidad que nos cautivaba, era un macho arrebatado, pero también tenía su astucia y sus modales. Bien raro lo creíamos al principio, nunca habíamos conocido a alguien así y a pesar de todo, todos creíamos que tenía una falla: no le hacía cosquillas Rocky Marciano. Más que eso... para ser exactos, casi se podría decir que lo detestaba. Cuando hablábamos de la gran pelea de septiembre, no tenía que estar él, porque nos entusiasmábamos demasiado, imitábamos los movimientos del gran Rocky, los que recordábamos de las fotos, ese balancearse hacia abajo para enganchar hacia arriba, poníamos a alguien de Jersey para parodiar el nocaut del 13, y así. Nos creíamos unos toritos felices, pero en el fondo sabíamos que era clandestino, porque no estaba el Sambo y no lo debía saber.

Cuando nos enteramos que Jersey había aceptado una revancha para recuperar el título, vaya que no sabíamos cómo reaccionar, porque el Sambo no era idiota, ya olía nuestra admiración a Marciano. Cuando estábamos todos, o sea con él, tratábamos lo más que se podía en mantener la calma y no hablar de eso o de la fecha, pero claro que no faltaba un imberbe que la fregaba y no recibía menos que un lapo en la nuca. Y de ahí, algo extraño… nos dimos cuenta que el Sambo empezó a fumar y eso nos asustó un poco, porque él mismo nos lo había prohibido y tachaba de estúpidos a quienes tenían el vicio. Ah, qué tensión se sentía y a ciencia cierta no sabíamos por qué tanto drama, pero no sé, hijo, quizá si lo sabíamos y nadie lo decía, por miedo, por respeto, qué se yo.


Y tuvo que llegar el día, el tan mentado 15 de mayo del 53. Nos juntamos todos en casa del Gringo, si mal no recuerdo porque su mamá nos haría sanguches… todos estábamos alegres porque el Sambo estaba bien tranquilo y ni un cigarro, ah y hasta la Mechita se trajo a dos amigas ja-ja. El Sambo tarareaba una canción y mientras esperábamos la transmisión radial, nos iba contando sobre la carrera de Jersey Joe, sus triunfos, derrotas y las que no debieron ser derrotas…  “y si no les hablo de Marciano, es porque ya sé que todo se saben de él, pendejos” nos dijo riéndose, unos cinco minutos antes de que empezaran a transmitir. Todos callados cuando empezaron a presentarlos, todos callados con la ovación a Marciano, todos callados con las advertencias de siempre, todos callados cuando sonó el timbre… y todos callados cuando nos tomó por sorpresa el derechazo que a los dos minutos y medio mandó a la lona a Jersey, pensamos que se levantaría, no parecía grave, decían que tenía intención de pararse, y se paró y… ya sabes, muchacho, era tarde. No pudimos aguantar la emoción, gritamos de alegría y nos abrazamos con gestos de boxeo, Rocky Marciano había calado en nuestros corazones y algo se había roto en el del Sambo, vimos unas lágrimas que no intentó limpiarse, se paró y se fue sin despedirse. Nos sentimos estúpidamente culpables, muchacho, no sabes lo que fue eso… en vez de hablar de la grandiosa victoria, nos pusimos a debatir sobre cómo haríamos para dirigirnos nuevamente a él sin agachar la cabeza o algo así de estúpido. Y adivina qué pasó… ¿no adivinas? Nunca más volvimos a saber del Sambo, hijo, nunca más… esa misma noche, su madre y él se fueron del barrio, y ya te imaginarás que todos lloramos cuando nos enteramos, nos reunimos y decidimos que nunca hablaríamos mal de Jersey Joe, nunca lo parodiaríamos y hasta llegaríamos a respetarlo. Vaya tontería, ¿no crees? Pero el Sambo lo había querido y eso era lo único que valía para nosotros. 

1 comentario:

  1. ...traigo
    ecos
    de
    la
    tarde
    callada
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION
    ANONIMA



    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...




    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE DJANGO, MASTER AND COMMANDER, LEYENDAS DE PASIÓN, BAILANDO CON LOBOS, THE ARTIST, TITANIC…

    José
    Ramón...


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