María Reiche: La dama de las Líneas de Nazca

Hola, hola, ¿cómo están? Como saben, hemos dedicado esta semana especialmente a escribir sobre mujeres geniales, o que nosotros creemos geniales, de la historia en general. Y, bueno, hoy, es grato para mí presentarles un relato inspirado en el arduo trabajo de investigación de María Reiche Neumann, una de las primeras, si no la primera, en estudiar a fondo las llamadas Líneas de Nasca, en Perú. La teoría que Reiche defendió y argumentó durante toda su vida, desde que comenzó su investigación, fue la de que esta vasta pampa llena de enormes figuras era un calendario astronómico de los hombres y mujeres de la antigüedad. Y, bueno, ya sin más preámbulos, los dejo con la ficción del día y la bonita ilustración de la figura del mono abrazando a Reiche ;)


.+.+.+.+.+.+. La Dama de la Pampa.+.+.+.+.+.+.

Reiche escucharía su nombre innumerables veces desde que comenzó a visitar la pampa. La primera vez fue como un susurro y pensó que el profesor Kosok le hablaba. "Dígame", respondió al llamado, y Kosok, sin sorprenderse, más bien aprovechando la oportunidad para hablar en ese momento, le dijo que sentía milenios bajo sus pies y que así como ahora ellos comenzarían a descubrir a los antiguos hombres de la pampa, probablemente estos hombres se intrigaban también por su propio pasado, "Es algo que compartimos todos los hombres en todos los tiempos. Quién sabe qué los haya movido a trazarlas". Era un misterio que compartirían desde ahora y que haría de María Reiche la servidora vitalicia del espíritu Nasca.

Con el tiempo, Reiche quedaría como la única persona en ese desierto, su vida se transformaría casi por inercia, como si su aplicación como profesora para los hijos del cónsul de Cusco, años atrás, sus primeros pasos en el puerto del Callao y su inesperado encuentro con el profesor Kosok, todo, hubiera sido parte de un destino trazado convenientemente para ella. Como si fuera parte desde siempre de este lugar al que había llegado y al que se sentía inexplicablemente ligada. ¿Cuántas líneas había recorrido en su propia vida para llegar hasta la pampa? Una vez pensó que si pudiera dibujarlas sobre el suelo, formarían quizá una figura indescriptible o alguna de las formas ya harto conocidas por ella. Sonreía ante ello, pues entendía que se trataba de algo completamente subjetivo y descabellado.

"María", escuchaba del viento, y era una voz conocida y muy lejana. Miraba siempre al horizonte y lo recorría de principio a fin con la mirada. Nada se comparó nunca a esa sensación de infinitud. La búsqueda y observación en avioneta era también especial, pero enteramente distinta. Desde la pampa era uno con la pampa y con las líneas y no necesitaba conocerlas todas para saber que estaban ahí y la acompañaban. Desde arriba era como la mirada del dios Kon, era más sencillo observar, pero sentía la necesidad urgente de volver a tierra, de pisar la pampa y escuchar su nombre, o imaginarlo al menos, mientras centraba su atención en la lectura o en el barrido de las líneas. O despertar escuchándolo, convenientemente, cerca del ocaso.

Y cuando volvía recordaba las palabras tan sencillas de Kosok y sabía con seguridad que no era tan solo el pasado lo que compartíamos los hombres y mujeres de todas las épocas. Se sentía efectivamente una mujer de la pampa, no solo de su tiempo, sino de todos los tiempos pasados y futuros, y sonreía una sonrisa fugazmente eterna.

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Y, bueno, eso ha sido todo por hoy. Muchas gracias por leer. Si quieren saber más sobre Reiche y su investigación, un buen punto de inicio es el documental "María Reiche y Las Líneas de Nazca", de Alejandro Guerrero, del cual les dejo un enlace AQUÍ. Gracias de nuevo, saludos.

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