Lo que sé de Errror


Ayer cumplió seis años Errror de Imprenta y Zack Zala, el artífice de esto, ha hecho un video, como todos los años, al respecto. Lo primero que se me vino a la mente fue  Dennys Arellano escuchando a Kaya.



«Kagami no oni» sobre todo. Esta canción «Demonio del espejo», apareció en el 2007 como parte del álbum de recreación folklórica Hyakki Yagyo, 百鬼夜行, de cuya fuentes, es probable, Zack también bebió para hacer el video. O No sé.
Dennys Arellano murió hace 4 años por pero Errror, su obra mancomunada con Zack, yo me uniría mucho después, sigue en pie. Los que no lo conocimos mucho, todos, nosotros, podemos hacernos una idea oscura, bizarra, falso amigo mediante, de cómo era él. O no lo era. Sus escritos también podrían ayudar. Así, pues, más que cantarle a Errror o a su desfile de seis demonios, le cantaré a Dennys hoy a los seis años de Errror haciendo algo que Dennys también hubiera hecho: publicar.
Escribir, digo. Después de todo él fue un escritor. Así que por mero capricho transcribiré un ¿último apunte? aparecido en una pequeña libreta que fue encontrada y en una polera de Dennys. ¿Fue Zack acaso quien la robó de su cuarto? Yo tan solo fotografié al azar algunas páginas... Ahora publico una tal cual. De resto me parece una narración torturada por la propia ¿muerte? de su autor, aquella que, como epifanía viene a pelo desde mi óptica occidental de ver al número seis lo que representa: seis es el número de la bestia, ¿no, Dennys?


Seis es el número de la Bestia*

«Seis es el número de la Bestia, repetía Dennys antes de entrar al consultorio del doctor Motta. Exámenes de rutina, pruebas, TEN, TAC, sangre y más sangre. ¿Por qué tantos análisis si igual me voy a morir?, bromeaba. Y era cierto. Los dolores de cabeza no daban tregua.

–¿Cómo te sientes? –preguntó el doctor.
–Bien –mentía Dennys.

A penas podía sostenerse en pie cuando le daban los dolores. Y se le daba por correr. El viento que chocaba con su cabeza hacía, por un momento, el amago de calmarle el dolor. Pero una vez quieto, después de un par de segundos, el movimiento de su masa encefálica hacía que no solo el dolor aumentará sino que sintiera pulsasiones. El fin estaba cerca: seis es el número de la Bestia, repetía Dennys entonces. ¿Eso hacía cada vez que salía del consultorio, no? Sí, sí, pensaba que dirían después de su muerte. Es divertido saber que te vas a morir, verlos todos preocupados, compungidos: como si realmente pensaran que te ibas a salvar. Tontos. ¿Yo acaso no lo pensé así una vez? Pero conocía mi cuerpo y, claro, los dolores, ay, anunciaban mi muerte. Entonces era cuando le daba por escribir y rasgaba con su lapicero de la ruta a su casa. ¿Cuántas veces fue solo a su casa? ¿Fue luego que se escapara de su madre? Pobre, la vieja cree que podrá hacer algo cuando pase. ¿Cuándo fue la última vez que rió frenéticamente? De un momento a otro se le dio por reir. JA, JA, JA cada vez más fuerte. JA, JA, JA seis es el número de la Bestia[...]**»

*La narración no presente título conocido pero como se repite en toda la narración, pues...
**Después de esto la narración se torna ininteligible... Quizá Zack Zala tenga la otra parte o reconozca la narración. Esto más bien es un pedido que un capricho: publica lo que sigue, Zack. Transcribe tú mismo.

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