Ocasión particular.

...Esta es una de esas situaciones que acaecen cada cierto tiempo, bajo ciertas circunstancias; una de esas situaciones que ocurren pocas veces, con un periodo de tiempo esporádico y no constante. Cuando las palabras nacen de mí y no cuando las incito a nacer, cuando la idea es una aparición y no un propósito. Es una de esas situaciones raras, como poco verán en mí. No es un relato... tampoco es supermán, aunque sería estupendo y gracioso. No es LnF, aunque se los debo...— aquí es donde me pregunto, "¿A quién?" y me respondo, a ustedes, masas de gente sin nombre.

Lo que pasará a continuación ha de ser observado con parsimonía, sin mucha cautela pero con atención,
Lo que verán son poemas, como lo fue "Ella"... poema en prosa. Y es que mis poemas no son más que pequeños textos con fin de provocar ciertas impresiones. A fin de cuentas, nunca me consideré (y aunque lo hiciera sería muy erróneo), ni consideraré "Poeta", pues es muy complejo. Fin.

Calor

Perdido en un charco de agua fría, casi congelada.
Moviéndote a un ritmo enfermo, casi miasmático.
Sintiendo la muerte en tu olfato, la peste, la peste.
La nivea espesura cayendo, al son de los rayos del sol.

Tus dedos, tu mano moviéndose enferma en un ritmo pausado.
Tus ojos, tu cara mirando hacia el cielo en la hedioundura miasmática.
Tu olfato perdiose en paisajes, paisajes argénteos, paisajes niveos,
paisajes que sabes que no olfatearás jamás.
Olores que sabes que no verá jamás.
Sensaciones que sabes que perdurarán en tu muerte, la muerte.

Tu corazón cayendo a la cadencia pausada,
tus torrentes fluyendo, o intentándolo, en el invierno.
Congelándose, cristalizándose, enrojeciéndo la nívea espesura.


(Nota: Ja!, los engañé -- me engañé-- este poema está en verso.)

Miedo

De alguna forma este adiós no parece un adiós. Agitas tu mano, me estremesco. Apuras el paso, el anochecer va cayendo lentamente. Tengo miedo.

De alguna forma, esto no parece una despedida. Sonreíste. Temí.

El adiós quedó impregnado en mi boca pero no salió. En mis ojos quedó la lágrima cristalizada, un dolor hecho cristal. En mis manos quedó tu esencia, en mis manos quedó tu adiós. Pero yo no tengo idea de que sucedió.

En mis ojos está tu imagen, formada como fantasmagoria. Estás tú, tú hablando, los sonidos acechando. Estás tú, tus sensaciones, a la poltergeist; retumbando en mi mente, desordenando mi orden.

Y yo, yo no sé que será de mí, tampoco sé qué sucedió. La noche cae. Mi mano extendida incluso ahora siente tu calor, tu calor vuelto frío... que acaricia mi mano, vuelto brisa. Tu calor vuelto miedo que atraviesa mi mente como un fantasma; como un recuerdo de un pasado más lejano que mi vida. Y en sepia te veo morir, te veo caer en mi memoria. Te veo caer como a mi lágrima. Te siento fría como mi cuerpo.

¿Estás conmigo ahora?


El tiempo ha pasado.

El suspiro que nace entre el bochorno, escondido entre dos corazones: uno hesitante, otro seguro en su duda. El suspiro que nace en la boca, como halito de dragón, que se pierde entre un fuego tenue, entre el pasado que no existió. El vapor que de tu boca sale, intentando contener la lágrima, intentando contener el grito.

Todos forman parte de ti, y ninguno es realmente tuyo.

La angustia que busca escapar, la angustia que te come por dentro, pero que es más bien hervíbora, que se congestiona, se arremolina entre otras sensaciones no menos inicuas, para más burlonas. Escarneciéndose, de ti, parodiándote, pasando por encima de ti, como si ellos no fueran el fruto de ti, como si ellos no fueran más que las semillas que creaste con el tiempo y que ahora rechazas. ¿Es la burla consecuencia de tus actos? ¿Es la burla algo intrínseco?

Deseas mirar al cielo, alegre, entre el ambiente frío y un adiós lejano. Ya son kilómetros de diferencia, mas lo sientes detrás, relamiéndose,estremeciendo todas tus espinas. Entumesiendo tu veneno, paralizando las sinapsis. Ya no eres tú la que vive sino un reflejo de lo que pasó. Movimientos que no quieres, pensamientos que evitas pero que tienes. Miedo que te tienta, te tienta; se cierne sobre ti y todo cambia.

El suspiro no es el mismo, ni es el mismo el vapor, la angustia ya no es angustia, y solo vestigios de lo que eras, solo escombros de una edificación yacen en ti. El tiempo ha pasado.



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Fin, estos son los poemillas que escribí hace, en estos días, semanas y meses y que tenía que publicar en algún lado. Espero que les agraden.


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