Mi niña del Futuro



(Texto de una madre)


Llego a casa pensando, luego de asistir a la exposición El ciudadano expandido. Pienso porque es lo más apropiado luego de una actividad intelectual y cultural de tal envergadura. “¿Qué tan ciertas son las aseveraciones de McLuhan?”, pregunta que se apoderaba de mi cabeza… Abro la puerta y me dirijo a la cocina, hay ruido en casa, supongo que Mara, mi hija, llegó del colegio.
Si bien la idea de una aldea global parece convincente, bajo mi punto de vista, por la irrupción de internet en nuestras vidas y, aún más, del [ab]uso de las redes sociales… en qué medida se dan las otras, en especial las obtenidas de la sección de la exposición destinada a Princesita Pop en Busca del Amor, o más formalmente de La niña del Futuro.
Me preparo algo de comer, algo sencillo y sigo en lo mío… “Las generaciones venideras no serán las mismas que las actuales, esa es una premisa incuestionable. Yo no soy igual que mis padres y Mara no será de todo parecida a mí, la cuestión es encontrar el sentido de esta diferencia. El medio de comunicación en boga será fundamental para este cambio, en este caso… ¿vendría a ser internet?”, pensaba mientras me llevaba la comida a la boca.
Salgo de la cocina y me dirijo a mi habitación. Antes de llegar a ella veo entreabierta la puerta del cuarto de Mara. La veo ahí, sentada frente a su computador, muy concentrada, hasta ida, diría yo, pues no me notó. “Tareas”, pienso. Solo un pequeño golpe a la hora de alejarme la alertó de mi presencia, fue inútil mi intención. Solo atiné a pedirle que le baje el volumen a su equipo, que no quería oír la canción de esa tal Perry. Ella no dijo nada y solo presionó el botón necesario.
“Las características que la niña del futuro reunirá serán las siguientes – sigo pensando mientras me dirijo a mi cuarto –: total uso de las redes para reconstruir su imagen en un formato digital, el abuso de material fotográfico para preservar su forma y mejorarla mediante “software” para así quitar el ruido de lo físico a una personalidad en construcción constante y puramente abstracta. De este modo preferirá ver el mundo desde la pantalla de su computadora, con un intermediario, antes de una proyección directa de la realidad en sus pupilas. Una insensibilidad parece inminente”, esta cuestión no me deja tranquila.
Andes de ingresar a mi habitación, antes de mover la perilla, decido regresar por mi hija. Me detengo nuevamente, pero frente a la puerta de Mara. Ahí solo oigo el clic fotográfico mientras el reflejo del flash inunda el lugar, por el espacio abierto la veo fotografiándose una y otra vez, mientras las paredes rosas de su cuarto se ven aturdidas por las imágenes de sus “estrellas pop” y por grafías adrede mal escritas…
“¿Conozco a mi hija?”
Voy a mi cuarto, uso el ordenador rápidamente, la busco en la red social de moda, pero no la encuentro con su nombre real, sino por una auto-denominación que no escapa a la de una figura pop o la de una estrella porno. “Pero si ella no sale de casa, si no tiene amigas, al menos no alguna que conozca…”
Veo el pasillo por el que estuve caminando, al final de él veo la puerta de Mara, el volumen de la canción de Perry aumenta. “La niña del futuro… ¿El futuro hoy?... ¿Cuando este tiempo deja de ser presente? ¿Qué nos depara el futuro, Mr. McLuhan?”

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